domingo, 11 de septiembre de 2016

Quiero brincar la talanquera sin agarrar la maleta

Hoy en mucho tiempo siento que termino el día derrotada.

Siempre pensé que había un camino distinto al de Maiquetía y que en realidad de lo malo, siempre tendría la posición privilegiada de poder cubrir sus gustos y preferencia, por que toda la vida he trabajado muchísimo para darme lo mejor y darle lo mejor, esto adicional a los ingresos de mi esposo.

Llevo 2 meses sacando cuentas, estirando el presupuesto y buscando herramientas para ello. Ha sido imposible, pareciera que estamos corriendo contra la ola gigante de INFLACION que por más que no queramos nos acorta la distancia entre salvarnos y gana terreno para llevarnos por el medio, y hacernos cada día mas pobres.

Es desgastante hacer mercado, ver las colas, buscar alternativas con bachaqueros, ir algún mercado de verduras.  Escuchar una y otra vez como la gente pasa trabajo, cómo el dinero no rinde.

Lo ves no solo en que el se queja, se ve en quien pide limosna, los que rebuscan en la basura por algo de comer y los sin techos, que se incrementan día a día acostados en cualquier asera de la avenida arropados con una caja de carton.

¿En qué sociedad nos hemos convertido?

Emigrar cada día esta peor para quienes nos quedamos. Primero, porque lo que tenemos vale menos, cuesta venderlo y no todo el mundo compra en lechugas verdes; Segundo, por que ha sido una estampida de tal magnitud -tanto de buenos como de malos - que entrar a cualquier país se ha dificultado enormemente.

Duele, molesta e irrita. Muchos de los que se fueron están en lo suyo por lo que no tienen tiempo de hecharte una mano y lo que puedes tramitar aquí es tan desorganizado y tan "venezolano" que jamás funciona. Ni el sistema de citas, ni la recaudación de documentos. ni el plazo de los tiempos.

Provoca tomar el primer avión y llegar sin nada para comenzar de cero. A veces pienso que es mejor. ¿De qué sirve tanta educación privada si estamos rodeados de personas marginadas en cultura, educación, paciencia y vocación?

Criar a Amelie es tan complicado. El trabajo que haces diariamente en casa, puede ser destruido en cuestión de segundos, cuando ella ve que otros niños hacen lo que tu siempre le has dicho que no es el deber ser.

No hay corrección, no hay consciencia.

Parece que la solución es escapar de forma inminente y pasar roncha en otro lugar.  Siempre dije que no iría a otro país a pasar trabajo, por que aquí no lo vivía. Hoy estoy consciente de que con un salario mínimo en cualquier otro país te alcanza para el alquiler, la comida y transporte por decir lo menos.

No hay un solo amigo del maternal de Amelie que se haya quedado en el país. Todos sus compañeros se fueron a diversos destinos de forma permanente. Lo peor es no solo lo que se va, es con lo que nos vamos quedando. No es ser clasista. Es que somos diferentes.

No se trata de dinero, ni estatus. Se trata de educación. De cómo se comporta la sociedad que queda, y en cómo ese pueblo que es igual que tú, te margina por que tienes gracia al caminar, te vistes diferente, estas maquillada o cualquier cosa que le de indicio de que no vienes del 23 de enero o algo parecido, por que lo que debe abundar es una cantidad de gente sin dientes que grita en la calle miles de groserías y se desbarranca al caminar.

Eso no los hace mejor que yo ni a mi mejor que ellos.

Simplemente analizas y no hay escapatorias....

Me causa gracia que en un blog de emigrantes venezolanos leí que hacer mercado estimado para una persona, durante un mes cuesta USD 100, siempre y cuando sea un mercado normal sin exquisiteces como en economía de guerra.

Yo gasto 3 veces eso y siento que como, al estilo survivor. Sin excederme en cantidades, concientizar el uso del azúcar, rendir los vegetales y en caso de recetas especiales, olvidarme. Esas recetas que a Amelie le gustan como ponqués de avena y cambur. Por que hasta conseguir harina se ha vuelto todo un paquete chileno. Mi vida ha cambiado en todo.

Ojalá simplemente se tratara de un mal día y no de una decisión que determinará el futuro de mi hija.

Feliz noche.

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